La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza.

Para hablar de "La ciudad de los prodigios" hay que hablar de una de las mejores novelas españolas del siglo XX. La obra maestra de Mendoza pretendía en principio abarcar desde principios del siglo XIX hasta el estallido de la Guerra Civil española en 1936, pero al resultar demasiado amplio quedó finalmente limitado al periodo de tiempo comprendido entre las dos exposiciones universales de 1888 y 1929 en la ciudad de Barcelona. Y es que sin duda esta novela se convierte a cada página que hojeas en un retrato de la sociedad barcelonesa durante medio siglo. ¿Pero qué la hace tan especial? Pues que la mezcla de ficción y de realidad, de testimonio e imaginación te arraigan a sus páginas inevitablemente.

Onofre Bouvila, el protagonista de la novela, llega a Barcelona en plenos preparativos de la Exposición Universal que iba a tener lugar en la ciudad catalana a finales del siglo XIX. El joven, de origen humilde y alejado de la urbanidad, se establece en una pequeña pensión y se empieza a buscar la vida para subsistir, pagar su asilo y, en fin, progresar. Empezando por repartir folletos anarquistas al proletario que trabajaba en torno a la Exposición, Onofre irá progresando, al principio lentamente, pero luego vertiginosamente hasta convertirse en uno de los hombre no sólo más poderosos de Barcelona, sino también de toda España. A éste ascenso contribuirá el carácter sin escrúpulos y astuto del protagonista, además de la relación que Onofre tendrá a lo largo de la novela con tres mujeres.

Y es que ya le avisa una pitonisa de la pensión en la que se hospedaba al principio del relato. Tres mujeres se cruzarán en tu vida. Una te hará rico, otra te encumbrará y otra te hará feliz. Y así se hizo. A lo largo del transcurso de la novela, Onofre madura. Se encuentra muchas personas que al darles un trato semipreferencial le servirán de parapeto en futuras situaciones. En estos fragmentos la novela está llena de intensidad. Asesinatos, trampas, amores y desamores llenan sus páginas a través de unos personajes que mezclan lo real con lo irreal, lo trascendental con lo irrelevante, lo apasionante con lo meramente histórico.

Todo esto hace que " La ciudad de los prodigios" sea maravillosa. No importa cómo te tomes su lectura, siempre quedarás satisfecho. Se trata de la versión novelada (lógicamente con ciertas licencias) de la vida de un hombre, de la vida de una ciudad. Adentraros en la ciudad de los prodigios, no os decepcionará. (4)