WALL-E, de Andrew Stanton

Siempre me ha hecho gracia la gente tonta. Pero la gente tonta, de una determinada forma de ser. Me refiero a esos personajillos que, además de presumir de sus posesiones y lujos, tiene el poco respeto de presumir de su cultura, aun sin tenerla. Al igual que ellos, también me hace gracia todos esos personajes cuyos prejuicios les impiden abrirse a nuevas cosas, a nuevos mundos que ellos consideran absurdos e infantiles por puro desconocimiento. Un claro ejemplo está en el mundo de los cómics, donde parece que el hecho de ser un fiel seguidor del noveno arte quiere decir leer tebeos de las Witch o de Spiderman pegándose con el Galactus el el duodécimo crossover de la Marvel. Por supuesto que existe un gran catálogo de novelas gráficas lejanas al círculo super-heroico de gran calidad, e incluso dentro de ese círculo hay multitud de cosas altamente recomendables. Por eso me hace gracia que mi profesora de Lengua diga que tenemos que leer libros de más de 100 páginas, y que " no valen ni tebeos ni revistas". Lo que hace la ignorancia. Vamos, que puedes leer "Harry Potter", que es un truño, y no "V de Vendetta" o "El Principito". Ocurre algo similar en la gente que, pobre de ella, se niega a ver películas de Disney argumentando, ya a priori, que son una mierda para chiquillos sin cerebro. Y lo que es una mierda son películas como "G.I Joe" o "Mentiras y Gordas". La películas que está haciendo Disney junto con Pixar en la actualidad no son cosa de críos. Son películas para gente con criterio.

El hecho de que el 24 de enero de 2006 Pixar Animation Studios pasara a ser subsidiaria de Disney, al pagar ésta 7.400 millones de euros por sus acciones fue algo muy bueno para las dos compañías y el cine a de animación, como quedaría demostrado a la larga.

Pixar se ha convertido en referente mundial en el mercado del cine animado. Tras los "Toy Story", "Buscando a Nemo", "Bichos" y los más actuales "Ratatouille", "WALL-E" y "Up" nadie duda de la capacidad de esta compañía para crear grandes fábulas camufladas en dibujos animados, que mucha gente sigue creyendo que tienes que estar dedicados al público infantil de por sí, pero no es así.

Los primeros minutos de Wall-E son, probablemente, los mejores de la historia de la animación. Sin diálogos y con dos robots como únicos protagonistas, esta aproximadamente media hora de película demuestra una belleza y un sentimentalismo difícil de expresar, siquiera con palabras. Debido a esto más mérito tiene aún la obra de Pixar, donde los pequeños gestos son lo importante y los sentimientos surgen con toda su rabia en los poco convincentes robots. Maravilloso retrato de la soledad del individuo y los pequeños atisbos de socialización. Tras ésto, Wall-E y EVE ( el otro robot) se marchan de la Tierra inerte, descubriendo donde los humanos habitan y la dependencia que tienen ellos de las propias máquinas. Asistimos incluso a una sublevación de las máquinas, de los oprimidos hacia los déspotas. Toda ésta parte tiene guiños claros a "Un mundo feliz" novela de Aldous Huxley. Tras ello la historia se hace más antropocéntrica, con lo que eso conlleva: menos esencia y más tralla en los diálogos.

Wall.E es un clásico prematuro sacado de las bodegas más cuidadosas con el aspecto final del producto, y cuya esencia resulta difícil de replicar. 90 minutos de fábula animada, que hacia la segunda mitad de la película pierde fuelle pero que, aún así, es totalmente recomendable su visionado. (3+)

2 comentarios:

What!skateboard dijo...

Ey joakin esta esta entrada me a gustado

Unknown dijo...

Gracias por tu comentario en Cinco links, y perdona por el retraso. En cuanto a Wall-E, no puedo estar más de acuerdo contigo, sobre todo el principio me encanto.

Un saludo.